Los ingresos de las familias caficultoras de Perú certificadas por Fairtrade son hasta un 50% más altos que los de las no certificadas

    Tomando café. Así es como millones de personas en todo el mundo empiezan el día. Y es que esta bebida que nos mantiene activos nos acompaña ya desde el desayuno, en las reuniones del trabajo o los encuentros con amistades y familiares. Cualquier excusa es buena para disfrutar de una bebida con numerosas variedades y combinaciones que nos conecta en un país tan sociable como el nuestro. Y cada vez más españoles eligen opciones sostenibles, como es el caso del café certificado por Fairtrade, el sello líder mundial que certifica productos de Comercio Justo, que ha experimentado un crecimiento del 5% durante el año 2021.

    “Durante el año también 2022 hemos notado un incremento en el canal Horeca que nos hace ser optimistas para el resto del año. En un contexto incierto y complejo como el actual, consumidores y empresas han apostado por un café de Comercio Justo que impulsa el desarrollo social, económico y ambiental. De hecho, este producto presenta un crecimiento acumulado del 70% en los últimos cinco años. El café es muy especial para nosotros, ya que fue precisamente el que originó el movimiento por el Comercio Justo, tanto en España como en el resto del mundo, por lo que nos alegra esta evolución tan positiva”, ha señalado el director de Fairtrade Ibérica, representante en España y Portugal de Fairtrade, Álvaro Goicoechea, con motivo del ‘Día Mundial del Café’, que se celebra este sábado, 1 de octubre. 

    En concreto, este año pasado el crecimiento de los productos certificados Fairtrade lo ha liderado el café gracias a la recuperación del sector Horeca -hoteles, restaurantes y cafeterías- tras las restricciones y los cierres provocados por la pandemia de la COVID-19. De esta manera, las ventas de café de Comercio Justo con sello Fairtrade han superado los 22 millones de euros en 2021 y en España este producto representa un 16% de las ventas de los artículos certificados por Fairtrade. Así, con 86 marcas y 365 referencias disponibles en el mercado español, el consumo per cápita de este producto alcanza ya los 0,47 euros en la actualidad.  

    Este cambio de paradigma se está produciendo también a nivel internacional. Según el informe de compras de café sostenible que elabora el Global Coffee Platform (GCP), el año 2021 supuso un progreso sustancial hacia un sector cafetero próspero y sostenible y, por primera vez, las compras de café sostenible de los ocho principales tostadores y minoristas mundiales alcanzaron el 55 % de sus compras totales. Así, el café sostenible adquirido por JDE Peet’s, Melitta Group, Keurig Dr Pepper, Nestlé, Strauss Coffee, Supracafé, Tesco y Westrock Coffee fue de 1,2 millones de toneladas en 2021, un 29% más que en 2020. 

    Alrededor de 25 millones de pequeños agricultores producen entre el 70 y el 80 % del café que se consume en todo el mundo y ésta es una de las razones por las que Fairtrade centra sus esfuerzos en las organizaciones de pequeños productores. Pese a ser un producto popular y rentable, los productores de café enfrentan una serie de desafíos como el precio global del café altamente volátil, el cambio climático o el aumento de los costes, entre otros riesgos y factores que ponen el peligro los medios de subsistencia de los agricultores. 

    “La mitad de los productores certificados Fairtrade son caficultores, una cifra que asciende a más de 838.000 productores concentrados en países como Brasil, Colombia, Honduras, Perú, Vietnam, Etiopía y Kenia, entre otros. En Fairtrade trabajamos para garantizar a los productores de café unos ingresos suficientes y unas condiciones de Comercio Justo que les permiten tener más peso en las relaciones comerciales, salir de la pobreza y hacerse cargo de su futuro. Los Estándares Fairtrade combinan una serie de criterios económicos, medioambientales y sociales auditados de forma independiente como parte de esta certificación en toda la cadena de suministro”, he explicado Goicoechea.

    En este sentido, los productores certificados Fairtrade reciben un Precio Mínimo que actúa como una red de seguridad frente a las fluctuaciones en los precios y el café cultivado de manera orgánica se incentiva con un precio mínimo más alto. Además, los caficultores reciben una Prima adicional que se paga por encima del precio mínimo acordado y que ellos deciden democráticamente invertir en proyectos destinados a mejoras en sus negocios y comunidades. Así, el importe de la Prima Fairtrade repartida entre todos los productores de café certificado Fairtrade asciende a los 4.094,4 millones de euros durante los últimos 5 años.

    El caso del sector cafetalero de Perú es un ejemplo del impacto de Fairtrade: un reciente estudio realizado por Mainlevel Consulting muestra que los ingresos de las familias productoras de café certificadas por Fairtrade son hasta un 50% más altos que los de los miembros de cooperativas no certificadas. En este sentido, el análisis confirma que los estrictos Estándares Fairtrade, los precios estables gracias al establecimiento de un precio mínimo y los programas locales de apoyo actúan como una red de seguridad, especialmente en situaciones de crisis provocadas por el hongo de la roya, la pandemia de COVID-19 o el aumento de la producción y los costes de vida.  

    “El cultivo de café nunca ha sido fácil y el cambio climático presenta una ola de desafíos sin precedentes que ponen a las comunidades cafeteras en un riesgo todavía mayor. Por ello, les ayudamos a mejorar su resiliencia frente a estas amenazas e impulsamos prácticas sostenibles para proteger la biodiversidad prohibiendo, entre otras acciones, la tala de árboles en zonas protegidas o el uso de pesticidas químicos. Los agricultores también invierten una parte de la Prima Fairtrade para mitigar los efectos del cambio climático. En este sentido, elegir Fairtrade, implica contribuir al empoderamiento de los agricultores, ingresos dignos, formación para ayudarles a adaptarse a la emergencia climática y luchar contra la explotación infantil”, ha concluido Goicoechea.

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