El restaurante valenciano dirigido por la chef María José Martínez y el maître y sumiller Juan José Soria se confirma como una de las direcciones gastronómicas más relevantes del país con la obtención de su primera estrella Michelin
Se trata de un reconocimiento a la personalísima cocina de María José, marcada por la sostenibilidad y por el uso de ingredientes de proximidad –entre los que destaca la miel urbana–, y al exquisito servicio en sala orquestado por Juan José, que atesora también una bodega de más de 250 referencias, muchas de ellas de manufactura local
Hace siete años, la cocinera María José Martínez y su marido, Juan José Soria –jefe de sala y sumiller–, tomaron las riendas de un modesto gastrobar situado en el centro de Valencia, en un local diáfano y muy luminoso que en otra época había sido una galería de arte. En un primer momento apostaron por evolucionar el concepto existente a base de tapas de autor, algunas de ellas aún recordadas por el público valenciano. Pero poco a poco, su propuesta fue tornando hacia una cocina de vanguardia, sustentada en la tradición y la despensa locales y arropada por una bodega de diez y un servicio excelso que lo han convertido en un referente gastronómico con reconocimientos como un Sol Repsol y la reciente estrella Michelin, anunciada ayer durante la presentación de la Guía 2022 de España y Portugal.
TODO AL PRODUCTO
María José se crio en la comarca del Bajo Guadalentín, en Murcia, rodeada de los huertos, olivos, panales y árboles frutales de su familia. Desde pequeña, mostró un gran interés por las tareas que realizaban a diario sus padres y abuelos, como la elaboración artesana de leche, miel, queso o embutidos, la recolección de verduras y hortalizas, la caza, la matanza o la repostería casera. De esta etapa surgió su pasión por la gastronomía y su personalidad culinaria, marcada por una fuerte conciencia medioambiental y por la defensa del pequeño productor con nombre y apellidos. Decidió formarse en la Escuela de Hostelería de Murcia, donde cursó un grado medio de pastelería y panadería y un grado superior de restauración.
Su cocina, original, fresca y desenfadada, es una cocina sincera y de rigurosa temporada que parte de sabores tradicionales combinados con técnicas y elaboraciones modernas y en la que la estrella es el producto ecológico de proximidad. Entre sus ingredientes fetiche se encuentran, por ejemplo, la miel urbana procedente de colmenas ubicadas en el barrio de El Cabanyal y del Jardín Botánico de Valencia, la chufa, la algarroba, la gamba blanca de la lonja de Valencia y las carnes autóctonas como el conejo de Castellón, el pollo campestre de Valencia y el cordero de oveja guirra, una raza en peligro de extinción.
Lienzo opera sin carta: ofrece tres menús degustación de diferente longitud para que el comensal elija la experiencia a su medida. El corto, denominado Trazos (55 €), es un acercamiento inicial a su cocina, mientras que el mediano, Pinceladas (70 €), y el largo, Lienzo (95 €), permiten un recorrido completo. Los tres se actualizan cada estación con las recetas personales de María José (meditadas, delicadas e innovadoras), que extraen todo el potencial a la despensa levantina.
En cuanto a la bodega, confeccionada por Juan José Soria, está integrada por más de 250 referencias en la misma filosofía de revalorización de lo local que vertebra la cocina.
Horario de cocina: de miércoles a sábados, de 13:30 a 15:30 h y de 20:30 a 23:00 h; domingos, de 13:30 a 15:30 h. Domingos noche, lunes y martes, cerrado