Grandes Chefs descubren la elaboración del Arroz de la mano de la D.O. Arròs de València y la Idiosincrasia y los usos culinarios de sus tres variedades - Restaurantes en HosteleriaenValencia.com
Grandes Chefs descubren la elaboración del Arroz de la mano de la D.O. Arròs de València y la Idiosincrasia y los usos culinarios de sus tres variedades
La D.O. Arròs de València y Turisme Comunitat Valenciana descubren a numerosos chefs españoles de primera línea el complejo proceso de la elaboración del cereal icónico de la Albufera en el Museo del Arroz
El Museo del Arroz de la Albufera, una construcción de principios del siglo XX que se utilizó como molino hasta los años 70
Esta visita, seguida de un almuerzo con arroces de la D.O. en La Salita de Begoña Rodrigo, ha sido la actividad que ha cerrado el Aplec, histórico encuentro en torno al arroz organizado para promocionar el producto, el territorio y las experiencias turísticas de la comunidad autónoma
Del 19 al 21 de junio, grandes cocineros como Albert Adrià (Enigma), Andoni Luis Aduriz (Mugaritz) o Jesús Sánchez (Cenador de Amós) han plantado arroz, han aprendido a hacer paella de la mano de agricultores albufereños y han debatido en torno al papel del cereal en los recetarios tradicionales y de vanguardia
Como en casi todos los oficios, el de cocinero es una profesión en la que no se para de aprender y de descubrir nuevas realidades. Ayer, grandes chefs españoles como Andoni Luis Aduriz, Ricardo Sanz o Luis Alberto Lera, junto a divulgadores gastronómicos como Fernando Huidobro o Juan Echanove, pudieron descubrir, de primera mano, cómo se elabora el arroz en las industrias actuales, un proceso complejo en el que tradición y modernidad y agricultores y productores van de la mano para poder conseguir un producto tan reconocido en la gastronomía como los arroces de la D.O. Arròs de València. Para ello, visitaron el Museo del Arroz, un histórico edificio que funcionó como molino de arroz durante casi siete décadas y que actualmente permite a sus visitantes conocer los procesos de transformación del cereal desde que se seca hasta que se empaqueta y es apto para su consumo. Tras esta experiencia y una cata de las tres variedades de la D.O. (tipo senia, bomba y albufera), los cocineros visitaron La Salita, el restaurante de Begoña Rodrigo, una de las chefs anfitrionas, que preparó un arroz con cada variedad para mostrar el gran potencial y los usos y peculiaridades de este cereal con tradición milenaria en la Albufera.
Del 19 al 21 de junio, Valencia ha sido la sede del Aplec, un encuentro histórico organizado por la D.O. Arròs de València y Turisme Comunitat Valenciana para promocionar los productos, el territorio y las experiencias turísticas de la comunidad. La Albufera, un humedal de gran importancia cultural y ecológica, ha sido el epicentro de este evento en el que han participado 25 chefs de primera línea —entre todos, sumaban 33 estrellas Michelin— y algunos divulgadores gastronómicos muy conocidos, como el actor Juan Echanove. Durante tres jornadas, han descubierto el rico entorno del marjal; han plantado arroz a mano como antaño; han aprendido a preparar paella guiados por agricultores de la zona; han descubierto el folclore musical valenciano y han saboreado platos del recetario tradicional preparados por pescadores o recetas singulares de otros chefs como Ricard Camarena o Quique Dacosta.
EL ARROZ, UN CEREAL QUE SE MIMA DESDE EL ORIGEN
La última jornada del Aplec llevó a varios de los chefs y divulgadores hasta el Museo del Arroz, una emblemática construcción de principios del siglo XX que funcionó hasta los años 70 como molino de arroz en el barrio del Cabanyal, en la ciudad del Turia, y que permite a sus visitantes conocer los numerosos procesos que necesita el arroz para convertirse en un excelso producto, que tiene que cumplir los estrictos criterios de la D.O. Arròs de València. Siempre de la mano de Ricardo Císcar, su presidente, y de Santos Ruiz, gerente de la entidad, los visitantes pudieron profundizar en los procesos de elaboración del cereal más famoso de la Comunidad Valenciana, que se realizan actualmente en unas doce instalaciones, todas ellas amparadas por la D.O. La capacidad del molino que acoge el actual museo sería, si funcionara, muy limitada, de unos 2.000 kilos por hora frente a instalaciones modernas, que procesan, en el mismo tiempo, hasta 20.000 kilos. Sin embargo, las máquinas del museo, ya obsoletas, funcionarían de una manera muy similar a la de los molinos actuales, dotados de tecnología puntera.
Todo el proceso comenzaba con la recepción de la materia prima, el llamado arroz bruto, que debe llegar al molino bien seco para poder transformarlo sin que se estropee. Lo habitual es que llegue con un porcentaje de humedad en torno al catorce o quince por ciento, que hoy día se consigue introduciendo el grano en secadoras automáticas (antes se hacía al sol, lo que incrementaba el riesgo de que se pudriera). A continuación, se llevaba hasta el tercer piso y se limpiaba de impurezas y paja en una zaranda, una máquina dotada de un movimiento de vibración horizontal de manera que el grano, descargado sobre un tamiz, se cribaba y permitía recoger el arroz con cáscara. Posteriormente, y tras su almacenaje, había que eliminar la cáscara en las llamadas descascaradoras. Para ello, el arroz pasaba a través de dos cilindros que giraban a diferente velocidad, lo que eliminaba el recubrimiento sin romper el grano. Otra máquina permitía separar el arroz verde (sin cáscara), de este desecho (paddy o pallús). El arroz verde, también llamado integral, mantiene el salvado.
UN BLANQUEAMIENTO QUE AUMENTA SU PODER DE ABSORCIÓN Y MEJORA EL SABOR
El arroz integral, también llamado verde, es perfectamente comestible. Sin embargo, la D.O. Arròs de València exige que se someta a un proceso de blanqueamiento, es decir, que se elimine totalmente el salvado, para mejorar su sabor y aumentar su capacidad de absorción. En la planta baja había cuatro blanqueadoras, que funcionaban por fricción, de forma que un accionamiento hacía girar un eje al que se acoplaba un cilindro de piedra. El arroz quedaba confinado entre esta pieza y las paredes de la máquina, de forma que el salvado se separaba del grano, y se recogía para su aprovechamiento: la alimentación de los cerdos, fundamentalmente. El arroz, entonces, se sometía a un proceso de clasificación por tamaños y también por acabado, de manera que los granos partidos se separaban para la alimentación animal o para elaborar otros alimentos, como cereales de desayuno.
Como explicaron Santos Ruiz y Ricardo Císcar, cada molino, en la actualidad, elabora el arroz de manera diferente y lo blanquea en mayor o menor grado. Un arroz blanqueado siempre absorberá mejor el sabor del caldo; pero este proceso también hace que pierda firmeza, por lo que hay que buscar un equilibrio. Esta fase de la elaboración determina los diferentes minutos de cocción de cada una de las variedades (senia, bomba y albufera) y de las marcas. Aunque el Museo del Arroz carece de esta tecnología, el arroz se pulía, algo que se mantiene en la actualidad: esta fase, que se hace con máquinas adecenta y abrillanta el grano, y lo hace más atractivo a nivel visual.
Consejo Regulador Denominación de Origen Arroz de Valencia Avd. del Mar, 1 46410 - Sueca (Valencia) Tel: (34) 961 706 156 Fax: (34) 961 712 073
El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Arroz de Valencia nació en 1998 como un ente compuesto por profesionales del sector que protege el marco de garantía de los arroces de Valencia, cultivo ancestral ligado al territorio que vela por el estricto cumplimiento en cada una de las etapas de producción y elaboración del cereal.
La Denominación de Origen Arroz de Valencia ampara tres variedades: senia, bomba y albufera, que son las que mejor se adaptan a la zona de cultivo de La Albufera y al recetario arrocero tradicional, propio de la zona de levante. Su capacidad para conducir el sabor es muy apreciada entre los profesionales de la restauración y el consumidor final.