Vicky Sevilla, la mujer más joven en lograr una Estrella Michelin
La Guía Michelin de España & Portugal 2022 reconoce al restaurante Arrels, en el centro de Sagunto, por la calidad de su propuesta
Al frente se encuentra una cocinera de 29 años que supo tocar tierra para volar alto
En la búsqueda de sus raíces, Vicky Sevilla se encontró con el firmamento. No hay un premio más romántico en la gastronomía que la Estrella Michelin, así que lograr este reconocimiento para su restaurante, y con apenas 29 años, hacen del siguiente relato una historia excepcional. La nueva edición de la Guía Michelin España & Portugal 2022 incluye Arrelsentre los restaurantes calificados con una Estrella y esto, según sus criterios, significa "una cocina de gran fineza, por la que compensa pararse". Territorio, carácter y fidelidad a la filosofía propia han sido las mayores armas de la casa, desde ya bastión gastronómico en el centro histórico de Sagunt.
No dejará de crecer, porque Sevilla todavía es muy joven. La mujer más precoz de España en lograr una Estrella Michelin, de hecho. Procedente de Quart de les Valls, Vicky se ha curtido junto a grandes de los fogones, como Susi Díaz, Begoña Rodrigo o Vicente Patiño. Con 25 años, se atrevió a poner en marcha su propio restaurante, para lo que regresó al origen y escogió el Noroeste de Valencia. Desde un espacio tan singular como el que ocupa Arrels, las caballerizas de un palacete del S.XVI, la chef ha captado la atención de los medios de comunicación y la crítica gastronómica. Fue elegida Joven Promesa de la Comunidad Valenciana en 2018 y nominada al Premio Cocinero Revelación de Madrid Fusión en 2019.
Ese mismo año, también se anunció que Arrels entraba en la Guía Michelin 2020, dentro de la categoría Bib Gourmand, reservada para los restaurantes con una relación calidadprecio excepcional. Con la consecución de la primera Estrella, que además se ha anunciado durante la primera gala Michelin celebrada en Valencia, Sevilla culmina un ascenso fulminante y se reafirma en las decisiones tomadas.
"Claro que hubo gente que me desaconsejó abrir el restaurante en un pueblo, decían que tendría más oportunidades en la capital.Pero tuve claro que quería algo cerca de mi casa, de mi pueblo, de mi familia", cuenta. Porque el sentimiento del hogar, de las raíces (arrels), está muy presente en su cocina. Su recetario se basa precisamente en el recogimiento y está profundamente vinculado a la tierra, a la tradición y a la despensa que le proporciona el entorno. Todos estos elementos se afinan con técnica, esmero y una visión inmensamente creativa. "Pero insisto: si no hubiera estado cerca de casa, no habría sido lo mismo", admite.
Porque es una gran defensora de compatibilizar el crecimiento profesional con el personal y, en el último año, ha sabido conciliar su nueva maternidad con su faceta de chef. "Ha sido bastante duro. Mucho trabajo, muchas horas sin dormir y una pandemia de por medio. Mi pareja ha sido un pilar fundamental. Los fines de semana me traía a el niño entre servicios para que estuviera con él", valora. También considera que, sin la labor del resto del equipo del restaurante, el logro no se habría materializado. "Todos ellos han dado lo mejor de sí. Somos una plantilla muy joven, la persona más mayor tiene 32 años, pero trabajamos muy duro", subraya.
El comensal, por encima de los astros
La Estrella Michelin es un reconocimiento al esfuerzo, que Sevilla ha recibido con "nervios, emoción, adrenalina; es imposible de explicar", y entre felicitaciones de familiares y amigos, "pero también de clientes y compañeros de profesión". Sin embargo, nunca fue su principal objetivo. "Empecé en un chiringuito de playa, por aquel entonces no sabía ni lo que era Michelin. Me puse el reto de ser jefa de cocina antes de los 30, nada más", recuerda. Cuando abrió su propio negocio, lo último en lo que pensó fue en la vitrina de trofeos. "Quería hacer el proyecto viable. Yo no tengo ningún inversor ni un colchón donde caer. Pero recibir el Bib Gourmand nos dio mucha visibilidad y nos ayudó a llenar las mesas", admite.
La prioridad de Vicky sigue siendo la felicidad de quien le visite. "Al comensal no lo cambiamos por nada del mundo. El verdadero éxito es que la gente se desplace a propósito para probar tu cocina y que tus vecinos te visiten cada semana. Los premios simplemente son una consecuencia", destaca. Visto que su clientela es cada vez más fiel, no habrá un antes y un después de Michelin. "No haremos grandes cambios, seguiremos trabajando como ya sabemos. La Estrella te la dan por lo que haces, no por lo que harás", insiste. Toca preservar ese fundamento que le ha traído hasta aquí: "La honestidad, con una misma y con el cliente".
¿Querría una segunda Estrella? "Vamos a disfrutar de la primera", concluye.