Con la llegada de la festividad de Todos los Santos, cada ciudad o región de nuestro país se pone manos a la cocina y empieza a elaborar los dulces y postres propios del momento
Entre todos esos dulces hay alguno de ellos que se extiende por casi toda la geografía, como son los buñuelos y en este caso los huesos de santo.
Por eso, y con lo poquito que nos queda para el día de todos los santos, hemos querido dejaros por aquí una receta de huesos de santo. Se trata de un dulce de mazapán que se le da forma de canutillo y se rellena de dulce de yema. Su nombre viene por la forma en la que se preparan, alargada y cilíndrica, que recuerda a un hueso con su tuétano, muy propio del día de muertos.
Ingredientes para el mazapán:
200 gr agua
200 gr azúcar
200 gr almendra molida
Ingredientes para la yema:
4 yemas de huevo L
100 gr azúcar
50 gr agua
Baño:
150 gr azúcar glas
3 cucharadas de agua para el baño aprox
Preparación:
En esta receta lo primero que haremos será preparar el mazapán. Para ello en un cazo añadimos el azúcar y el agua, lo ponemos a fuego medio-alto y lo llevamos a ebullición. Cuando este hirviendo, y lleve un minuto más o menos lo apartamos del fuego. En un bol añadiremos la almendra molida y vamos incorporando poco a poco un tercio del almíbar que hemos preparado, removiendo al mismo tiempo con una cuchara de madera. Seguimos echando en pequeñas cantidades el almíbar y vamos observando que se forme una pasta de consistencia manejable, esto dependerá de la almendra molida que dispongamos.
Hacemos una bola y la dejamos reposar y enfriar al menos dos horas. Una vez fría, espolvoreamos azúcar glas en la mesa y extendemos el mazapán con el rodillo hasta que tenga un grosor de entre 2 a 3 milímetros. Entonces con un rodillo cortapastas marcamos las líneas típicas de los huesos y cortamos en forma de rectángulos de unos 5 centímetros de ancho por 6 centímetros de alto. Para darles la forma os contamos un truquito, enrollaremos los rectángulos en el palo de una cuchara de madera, y los vamos colocando de pie en la bandeja del horno. Los dejamos secar de esta manera mínimo cuatro horas.
Mientras comenzamos a preparar la crema de yema. Para ello utilizaremos un bol de cristal, añadiremos las yemas y las batiremos ligeramente. Por otra parte en un cazo preparamos de nuevo un almíbar con el agua y el azúcar, a fuego medio-alto, una vez que llegue a ebullición, controlamos con el termómetro que llega a los 105 grados. Retiramos y empezamos a añadir el almíbar a la yema de huevo, removiendo sin parar.
Introducimos el bol al microondas y vamos cociendo la yema a máxima potencia en tiempos de 30 segundos, parando y removiendo, hasta conseguir que la yema quede espesa. Aproximadamente serán sobre dos minutos o dos minutos y medio. Una vez tengamos la yema con textura densa, la dejamos enfriar un rato a temperatura ambiente tapada con un film pegado a la superficie para que no haga costra y después la llevamos a la nevera unas dos horas para que coja consistencia.
Cuando los huesos estén secos, metemos la yema en una manga pastelera con una boquilla estrecha y vamos rellenando los huesos con ella. Cuando hayamos terminado de rellenarlos, preparamos con el azúcar glas y el agua, una glasa de baño y vamos introduciendo los huesos en ella, dándoles la vuelta con dos cucharitas y dejándolos posteriormente escurrir en la bandeja decoradora hasta que se sequen, que serán unas cuatro o cinco horas , esto dependerá de la humedad del ambiente.