Durante las últimas tres décadas, la edad media de los padres ha aumentado de forma constante
Los avances en el ámbito de la fertilidad han supuesto que, literalmente, podamos congelar nuestros óvulos o esperma y así retrasar la maternidad. Muchas grandes compañías, como Apple, Facebook y Google, ya ofrecen a sus empleados la congelación de óvulos como parte de sus paquetes de asistencia sanitaria. Posponer el momento de tener hijos nunca ha sido más fácil y más aceptado socialmente, pero ¿es bueno?
Hay tres cosas a tener en cuenta: ¿Su bebé estará sano? ¿Podrá concebirlo? ¿Cuánto costará?
Los padres tienen la obligación moral de darle a su hijo la mejor infancia posible. Sin embargo, los niños nacidos de madres mayores de 35 años y padres mayores de 45 se enfrentan a un mayor riesgo de padecer trastornos genéticos y de desarrollo neurológico, como la esquizofrenia y el autismo, lo que afectaría a su calidad de vida.
Además, es más probable que los padres de más edad necesiten reproducción asistida, que a su vez está asociada al nacimiento prematuro de los bebés o a un bajo peso al nacer. Los bebés que nacen como consecuencia de la fecundación in vitro (FIV) también presentan un mayor riesgo de padecer en el futuro enfermedades cardiovasculares o metabólicas.
Si los futuros padres congelan sus óvulos o esperma cuando son más jóvenes, pueden reducir algunos de los riesgos asociados a la edad, pero no los relacionados con la FIV.
El método de fertilización de la FIV con óvulos congelados se realiza mediante una inyección intracitoplásmica de espermatozoides (IICE), gracias a la cual se introduce el esperma dentro del óvulo. La IICE también puede aumentar el riesgo de que surjan anomalías congénitas en los niños. Además, el uso de la IICE es más habitual en hombres mayores cuyos espermatozoides tienen poca movilidad. Una vez más, no se trata del mejor comienzo que podríamos darles.
¿Ha decidido esperar?
Si ha decidido esperar para tener hijos, no es la única persona en esa situación.
En la mayoría de las parejas, la mujer se quedará embarazada tras intentarlo durante un año. Sin embargo, una de cada siete parejas tiene problemas para concebir y la edad es un factor muy importante a tener en cuenta. Una de cada seis mujeres de entre 35 y 39 años no concebirá durante el primer año. Si además su compañero es mayor de 40, la probabilidad se sitúa en una de cada cuatro.
Muchos creen que la FIV es un modo seguro e infalible de concebir, pero su éxito también está relacionado con la edad. Para una mujer que utilice sus propios óvulos y tenga más de 40 años, la tasa de éxito de la FIV es inferior a un 10%.
Se ha simulado el riesgo de retrasar la maternidad mediante proyecciones informáticas. Así, si una mujer de 30 años pospone tener un bebé hasta los 35, sus posibilidades de quedarse embarazada se reducen en un 9% y la FIV solo lo compensaría en un 4%.
Si desea congelar sus óvulos, estupendo. Pero tenga en cuenta que las mujeres producen cada vez menos óvulos (“ovocitos”) conforme envejecen. Por ello, las mujeres de más edad pueden necesitar más sesiones de estimulación para conseguir los entre ocho y diez óvulos necesarios para tener una posibilidad razonable de conseguir un nacimiento próspero, lo que puede resultar sumamente caro.
¿Cuánto le costará?
Aunque la FIV es cara, también existen otros costes indirectos significativos a la hora de tener un hijo.
La “penalización salarial por maternidad” se cita a menudo en los debates económicos al hablar sobre el efecto de la maternidad en las carreras profesionales de las mujeres. Se trata de la pérdida de ingresos a la que están sometidas las mujeres cuando pasan a tener un trabajo no remunerado durante cierto tiempo. Algunas pruebas sugieren que las mujeres pueden ganar más al retrasar la maternidad desde principios de la veintena a principios de la treintena.
No obstante, esta penalización salarial no parece estar asociada al sexo del progenitor. El gobierno noruego introdujo el permiso de paternidad en 1993 y un estudio encontró un efecto negativo similar en los ingresos de los padres que permanecieron en sus hogares.
La conclusión es: si invierte tiempo en tener una familia, sus ingresos disminuirán.
¿Cuándo empezar?
Los datos científicos son claros. La “mejor” edad para tener un hijo atendiendo a nuestro reloj biológico es por debajo de los 35 para las mujeres y por debajo de los 40 en el caso de los hombres.
Más del 75% de los jóvenes subestiman el impacto de la edad en la fertilidad masculina y femenina y, pese a ello, tan solo un 27% de los médicos tratan este tema con los pacientes de entre 18 y 34 años que desean retrasar la maternidad por razones sociales. Es necesario que nos concienciemos sobre los riesgos que conlleva retrasar la planificación familiar y los médicos de cabecera deben desempeñar un papel más proactivo al respecto.
En definitiva, si desea tener un hijo, la edad idónea puede ser antes de lo que pensaba.
Por:
Charlotte Walker
DPhil Candidato en Salud de la Mujer y Reproductiva Universidad de Oxford