La única dorada de origen español certificado: Crianza de Nuestros Mares
Siempre en su momento óptimo de consumo
El litoral mediterráneo de la Península Ibérica y las costas canarias, las aguas marinas donde se crían las doradas con el sello de origen español garantizado.
Unos estándares insuperables de frescura, calidad y seguridad alimentaria fruto de la proximidad.
Una especie, la Sparus aurata, siempre autóctona en sus lugares de cría para fomentar el cuidado de la biodiversidad.
La sociedad española está ganando puestos a nivel internacional en esperanza de vida gracias, entre otras cosas, a la buena alimentación que llevamos desde siempre. La Dieta Mediterránea es un elemento clave para el bienestar colectivo. Entre los elementos que figuran como indispensables en esa dieta, están los pescados. Atribuirles la importancia que necesitan en la cesta de la compra es una medida de éxito a la hora de cuidar la salud de toda la familia.
A la hora de elegir los pescados con los que podemos alimentar a los miembros del hogar, las doradas de Crianza de Nuestros Mares son una opción con todo lo necesario para satisfacer a los consumidores del siglo XXI. Estas doradas han desarrollado toda su vida en un entorno controlado, bajo la atenta mirada de los profesionales que se encargan de que todo el proceso, desde el nacimiento hasta el consumidor, se realice bajo los máximos niveles de calidad y garantía alimentaria.
Dos años disfrutando del mar
El desarrollo de sistemas de trazabilidad permite conocer a fondo cómo ha sido la vida de las doradas de Crianza de Nuestros Mares en cada una de las fases de su vida. Cuando nacen, estos peces se alimentan de organismos microscópicos vivos, que reciben el nombre de rotíferos y artemia. Con esta edad, los peces viven en espacios aislados del mar, porque su pequeño tamaño les convierte en presa fácil para cualquier tipo de depredador y porque las redes necesarias para contenerlos deberían ser microscópicas. Es necesario tener paciencia y esperar hasta que la naturaleza siga su curso y estos pargos dorados alcancen unas dimensiones que les permitan desenvolverse en el mar.
Tres o cuatro meses después del nacimiento, las doradas Crianza de Nuestros Mares ya están listas para su nuevo hábitat: Los viveros en mar abierto donde gozarán de todo lo necesario para su desarrollo. Desde una alimentación que refleja milimétricamente las necesidades en cada una de sus fases vitales hasta el espacio para nadar y moverse libremente. Unos viveros con millones de metros cúbicos de agua permanentemente renovada en los que solamente 2 partes sobre 100 son ocupadas por los peces.
Una apuesta saludable
Las doradas de Crianza de Nuestros Mares permiten dar una respuesta afirmativa a todas las preguntas que se hacen los ciudadanos que quieren apostar por un consumo saludable y responsable. Al ser pescados de acuicultura y proximidad, son inigualables en frescura, eficiencia, calidad y seguridad alimentaria.
El origen español permite certificar estas doradas como un alimento con alto contenido de proteínas, ya que más del 20 por ciento de su valor energético lo compone este nutriente. Las doradas Crianza de Nuestros Mares garantizan, también, un alto contenido de ácidos grasos omega‐3 y de ácidos grasos insaturados.
En lo que respecta a los minerales, estos pescados son notables por su alto contenido de fósforo, por contener más del 30 por ciento de la cantidad diaria recomendada. Son también fuente de potasio, con más del 15 por ciento del CDR. A la hora de establecer la presencia de vitaminas, las doradas amparadas por el sello de origen español poseen un alto contenido de vitaminas B3 y B12. En ambos casos, la aportación está por encima del 30 por ciento del consumo recomendado por día.