La Orden de los Caballeros Templarios está rodeada de misterio y grandes leyendas que han hecho que su nombre llegue hasta nuestros días y siga generando gran interés
Palabras como “el Santo Grial” siguen estando ligadas a esta Orden tan enigmática, además de muchas otras leyendas que la envuelven de intriga
En Peñíscola encontramos una de estas leyendas: la del Castillo del Papa Luna (Peñíscola)
Para descubrir un pedazo de la historia de los templarios no es necesario irse muy lejos. En la Comunidad Valenciana encontramos el Castillo de la Orden del Temple construido en Peñíscola, una población costera situada en la provincia de Castellón que año tras año recibe a miles de visitantes interesados en sus playas, gastronomía, pero sobre todo en su castillo.
El Castillo Palacio de Peñíscola
El castillo de Peñíscola es conocido como el castillo del Papa Luna, ya que el Papa Benedicto XIII de Aviñón (Pedro Martínez de Luna) vivió en él desde 1411 hasta su muerte en 1423. Pero no fue el único que vivió entre sus muros. En el año 718, Peñíscola estaba en poder de los árabes, donde construyeron una alcazaba sobre el peñón.
Más tarde, en 1233 pasó a manos de Jaime I, que en 1294 llegó a un acuerdo con la Orden de los Caballeros Templarios y se lo entregó. Ese año se inició la construcción del castillo, que finalizó en 1307. Situado en la zona más alta del peñón que domina la ciudad, alcanza una altura de 64 metros sobre el nivel del mar. Su perímetro es de unos 230 m y tiene una altura media de 20 m.
De estilo románico, el castillo ha llegado a nuestros días en perfecto estado de conservación, a pesar de que una parte fue destruida durante la Guerra de Independencia. Destaca en todo el conjunto la sobriedad y solidez de su construcción, tan características de las obras templarias. Pero, tal vez, el mayor interés arquitectónico del castillo se encuentra den la solución abovedada del Cuerpo de Guardia y en la austeridad y severa proporción de la Basílica de los Templarios.
Todos estos hechos envuelven al Castillo en un aura de misterio, ligándolo a varias leyendas sobre la Orden de los Caballeros Templarios y del Papa Luna que forman ya parte de las leyendas de la Comunidad Valenciana.
El legado templario
Conocidos por llevar una vida austera, con voto de pobreza, castidad y obediencia, repartían su tiempo entre la oración y la guerra. Durante años administraron los bienes de papas, príncipes y reyes, pero además poseían enormes riquezas, feudos y castillos a lo largo y ancho del territorio cristiano.
Cuenta la leyenda que después de años de apogeo de los Templarios, el endeudado rey de Francia, Felipe IV, quiso desmantelar la Orden para apropiarse de sus riquezas e inmenso patrimonio. Así comenzó su declive y finalmente desaparición no sin antes quedar algunos cabos sueltos.
Ante la amenaza del rey de Francia, los Templarios de París contactaron con el maestre de la Orden en Peñíscola para anunciarle que iban a realizar un envío con los tesoros guardados en el Temple de París hasta su castillo. Desde el Sena partió una embarcación con varios cofres, repletos de metales, piedras preciosas y un manuscrito de Salomón, capaz de cambiar el mundo.
Cuando Felipe IV ordenó incautar las riquezas de los Templarios de París no encontraron ni una moneda. No se sabe qué ocurrió con esta embarcación pero la leyenda dice que llegó a las costas de Peñíscola y que el tesoro sigue escondido en algún lugar de la Sierra de Irta o en el Castillo del Papa Luna.
Las escaleras del Papa Luna
En la zona este de la fortificación, a 45 metros sobre el nivel del mar, encontramos una escalera que da directamente al mar, adaptándose a las rocas del acantilado. La escalera tiene más de cien peldaños, estando la última parte labrada en la roca.
La tradición y la leyenda atribuyen la realización de la escalera al propio Benedicto XIII, que la habría construido, milagrosamente, en una sola noche, cuando triste y desalentado por la deslealtad de los suyos decidió descender directamente hasta el mar y una vez allí extender su manto pontificio sobre las olas y apoyándose en su báculo, flotando, se trasladó a Roma para entrevistarse con sus enemigos, presentándose ante el pontífice romano, sin esperarlo, para exclamar: “¡El verdadero papa soy yo!”
Conociendo todos los misterios que envuelven a este castillo no hay que desaprovechar la oportunidad de conocerlo y pasar un día recorriendo sus muros, además de descubrir todos los encantos de Peñíscola, que forma parte de la asociación “Los pueblos más bonitos de España”.
Visitas al Castillo: de 10:30h. a 17:30h.
CASTILLO DE PEÑÍSCOLA Castillo del Papa Luna Teléfono: (+34) 964 480 021 Calle Castillo, s/n 12598 Peníscola (Castellón) España castillodepeniscola.dipcas.es/es
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