Un clásico es un clásico, pero si no sabemos salir de lo habitual, del sota caballo y rey al final terminaremos aburridos… y haremos lo de siempre chorizos a la parrilla, chuletas de cordero, salchichas a la brasa…
Pero siempre puede mejorarse y sobre todo, si estamos concienciados en cuidarnos un poco más.
Te recomendamos eliminar todo lo que puedas la grasa de los alimentos que vayas a utilizar en tu barbacoa, de esta forma se convertirá en una barbacoa más saludable.
Somos conscientes de que no todos los productos podrán beneficiarse de este consejo, pero en la medida de lo posible precocina o preasa algunos de los alimentos. Esto reducirá su tiempo de exposición (algo clave en lo que se refiere al riesgo cancerígeno). Por ello, una pieza pequeña necesitará menos tiempo de asado que una más grande.
Otra de las cosas que podemos hacer es, siempre y cuando sea posible, asar a la parrilla pero protegiendo el producto. Como por ejemplo, con papel de aluminio, o otros materiales orgánicos como hojas de maíz, de yuca, etc.
Con frecuencia ve dándole la vuelta a los alimentos sobre la parrilla, según algunas investigaciones, esto ayuda a prevenir la formación de HCA. Realízalo bien, sin perforarlos, así evitarás que goteen jugos del interior de los mimos y caigan a las brasas. Para ello, utiliza palas o pinzas en lugar de tenedores.
Antes de servir la comida retira las partes chamuscadas.
Además de la carne, anímate con otros alimentos como verduras a la brasa, o incluso fruta. La posibilidad de que se formen AHC y HAP es mucho menor que con las carnes y sus derivados. Entre las más indicadas se encuentran tomates, cebollas, pimientos, calabacín, berenjena, endibia, piña, mango, manzana o pera.
Y por último y más importante marina los alimentos antes de asarlos. Ciertas investigaciones confirman que un adecuado marinado con elementos antioxidantes tales como hierbas aromáticas, especias… cerveza o incluso vino reducen la formación de AHC y HAP.