Fidel Molina advierte de que la modificación, construcción y homologación de las nuevas máquinas tipo B dejaría durante meses a los bares sin unos ingresos imprescindibles para su supervivencia.
Nuevo jarro de agua fría sobre los pequeños bares de barrio de la Comunidad Valenciana. El próximo lunes las Cortes aprobarán la ley del juego, una ley que, de aprobarse las enmiendas presentadas por los partidos del Botanic, obligará a retirar todas las máquinas tragaperras instaladas en bares y restaurantes y cambiarlas por otras que dispongan de activación por mando a distancia.
En este sentido, Fidel Molina, líder de SOS Hostelería, ha exigido al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que aclare en qué términos va a ser aprobada esta ley, ya que, en opinión de los hosteleros, la implantación de un control remoto de activación de las máquinas recreativas comportará la retirada de todas las máquinas de los bares y restaurantes y su sustitución por otras que dispongan de este dispositivo. El proceso de construcción de una nueva máquina y su homologación puede durar meses, “un tiempo en el que las máquinas no estarán funcionando, con el perjuicio económico que esto significará para muchos bares cuyos ingresos por estas máquinas contribuyen al mantenimiento del local. Además, comprar una máquina no es barato” ha señalado Molina.