Un alimento que dispone de una amplia variedad de posibilidades gastronómicas.
Este año, las tradicionales comidas del domingo de Pascua van a tener que ser en casa. A pesar de todo, seguimos teniendo la opción de celebrar el final del periodo de vigilia gracias a que contamos con un delicioso manjar como es la carne de cordero pascual, que está en su mejor momento y disponible en todos los puntos de venta. Una tradición milenaria con la que transportar la alegría de esta festividad al ámbito doméstico. Se trata de un producto que cuenta con características propias de su periodo de crianza, vinculadas a los ritmos de la “paridera” y con un tiempo de consumo que comienza en Navidad y se extiende hasta Semana Santa.
Sus propiedades organolépticas convierten a la carne de cordero en un alimento con un inmenso potencial gastronómico cuando se prepara con las técnicas adecuadas. Una excelente manera de sacar partido a su sabor característico es mediante platos clásicos de nuestra cocina con verduras de temporada y hierbas aromáticas presentes en toda nuestra geografía, como el romero, el perejil o el azafrán. No es de extrañar que nuestros antepasados las hayan usado históricamente en este tipo de elaboraciones tradicionales.
En esta época primaveral, disfrutar del cordero pascual se ha convertido en una delicia llena de sabor a través de recetas que han configurado un rico patrimonio de platos elaborados durante siglos con base en lo que da la tierra en cada momento y región. Un tesoro cultural al que pertenece la gran familia del ovino y caprino de origen europeo y que nos va a permitir celebrar la Pascua un año más.