El agricultor inesperado: cultivos más sostenibles apuestan por el uso de este insecto para reducir la aplicación de productos fitosanitarios
¿Qué?
A parte de un simpático insecto, la mariquita es un magnífico aliado de las técnicas de cultivo más sostenibles.
Símbolo de la buena suerte en muchas culturas, hay multitud de especies distintas, con múltiples colores, diferente cantidad de puntos en sus alas o incluso sin ellos.
Se calcula que cerca de 100 variedades distintas de mariquitas viven en el Valle Venosta, situado en los Alpes italianos. Este espacio es una de las mayores zonas de producción de manzana en Europa y aspira a convertirse en una de las más sostenibles del viejo continente.
Una muestra de esa apuesta es el uso que los agricultores de Val Venosta hacen de la mariquita para reducir al máximo el uso de productos fitosanitarios en el control de plagas en sus campos de manzanos.
¿Por qué?
Devoradora de áfidos (los pulgones que dañan a árboles frutales, flores y plantas), la mariquita puede llegar a comerse entre 50 y 100 al día, y unos 150.000 parásitos a lo largo de su ciclo vital.
Así, protege a las Manzanas Val Venosta de virus y plagas, favoreciendo el desarrollo natural de unas frutas crecidas en alta montaña, en campos situados entre los 500 y los 1000 metros de altitud, disfrutando de un microclima especialmente indicado para este cultivo: con esas precipitaciones, gran variación térmica entre el día y la noche, brisa fresca y unos 300 días de sol al año.
Estas perfectas condiciones climáticas y la pasión de sus productores por la agricultura natural hacen de Val Venosta "El paraíso de las manzanas".
¿Cómo?
Para integrar a las mariquitas en este entorno idílico, los agricultores se esfuerzan en proporcionarles las mejores condiciones de vida.
Estos insectos necesitan polen para reproducirse, por eso plantan hileras de plantas en flor en sus campos, tanto dentro del terrero como en los alrededores.
La estampa es de una belleza impactante, más de 5.200 hectáreas llenas de manzanos acompañados por flores, además de matorrales y construcciones de piedra o madera donde se da cobijo a otros insectos, reptiles y pequeños mamíferos que ayudan al equilibrio natural del ecosistema. Es una manera sencilla de contribuir a la biodiversidad y a que los cultivos sean respetuosos con el medioambiente.
¿Cuándo?
El ciclo vital de las mariquitas suele ser de un año. Una vida que podría parecer corta, pero en la que les da tiempo a tener una amplísima descendencia, ya que cada hembra suele experimentar dos periodos de cría en los que pone entre 500 y 800 huevos.
Para facilitar el sustento a su descendencia, colocan esas ovadas justamente en una colonia de pulgones de manera que, todavía siendo larvas, las futuras mariquitas ya colaboran en la tarea de eliminar a estos áfidos. Un trabajo que continuarán una vez sufrida la metamorfosis, unos 10 días después de abandonar el huevo, convirtiéndose en las graciosas mariquitas que revolotean entre los manzanos de Val Venosta.
Tal es la importancia que los agricultores del valle dan a estos insectos que los han convertido en su símbolo, incluyéndolos en su logo para hacer un verdadero homenaje a ese compañero inesperado, que les ayuda a cultivar de manera natural y que mantiene sus manzanas deliciosas y saludables.
La Asociación de Cooperativas Hortofrutícolas de Val Venosta, VI.P, nace en 1990 y está formada por siete cooperativas y 1.700 productores que cultivan acerca de 5.200 hectáreas en el Valle Venosta, ubicado en los Alpes Italianos.
El microclima especial del valle (300 días de sol al año; fuerte fluctuación de temperaturas entre el día y la noche; y la altitud a la que se cultivan las manzanas –entre los 500 y los 1.000 metros-) y su naturaleza ofrecen las condiciones perfectas para el cultivo de manzanas de alta calidad.
El 90% de la producción de VI.P se obtiene aplicando técnicas de cultivo integrado, que reducen al mínimo el uso de pesticidas químicos y prohíben los tratamientos químicos tras la cosecha. Una forma de cultivar respetuosa con el medio ambiente, la naturalidad de los frutos y la salud humana. El 10% restante de su producción es biológica. Esta línea, BIO Val Venosta, tiene una cosecha media que supera las 30.000 Tn y tiene como principales mercados Italia, Alemania y Países Escandinavos.
Mientras que Manzanas Val Venosta recolecta una media de 325.000 toneladas cada temporada y las comercializa en 50 mercados internacionales entre los que destacan Italia (absorbe el 50% de la producción), Alemania, Península Ibérica, Escandinavia, Países del Este, Norte de África y Oriente Medio.