Son las reinas de cualquier aperitivo informal y es que quien diga que no le gusta comérselas una a una del aceite aromatizado o mojar luego una barra de pan entera en él, miente. Quizás no las veamos más en nuestras casas porque hay cierta reticencia a ese profundo olor que el ajo deja en las manos al pelarlo o picarlo pero por eso mismo el utensilio de hoy es tan maravilloso, porque os permitirá cortar el ajo de la forma que queráis con sus diferentes cuchillas sin ni siquiera tener que tocarlo, más si tenéis también el pelador que con sólo frotar el diente de este bulbo su piel saldrá sola.
El prensador de ajos HANDY será útil no sólo para esta receta sino para cualquier otra porque, aunque nos pese darle la razón a Victoria Beckham, nuestra gastronomía y muchos de esos largos sofritos de los guisos están basados en este vegetal que tanta profundidad y sabor característico aporta. Podremos hacer gambas, gambones, o langostinos al ajillo pero también un solomillo o una oreja y lo que es siempre muy importante es que calibréis bien la temperatura del aceite (para eso el termómetro de infrarrojo es vital, ejem ejem) y que el producto principal no se haga demasiado.