Disolver la harina de maiz con una cucharada de agua. En un bol poner todos los ingredientes restantes, excepto el aceite, y mezclar con la harina de maiz diluida. Calentar el aceite de girasol a fuego medio. Limpiar el exceso de aceite con un papel de cocina doblado, dejando la sarten caliente, limpia y bien engrasada. Verter la mezcla de huevo de manera que cubra el fondo de la sarten. Cuando la tortilla comience a cuajar, darle la vuelta con unos palillos hasta obtener una tortilla jugosa un bonito color amarillo dorado. Retirar de la sartén y disponerla sobre un plato de madera vuelto del revés, cubrir con un papel mientras se repite el procesa para hacer más tortillas. Cortar según su uso o simplemente cortar los flecos para embellecerlas.
Terminación y presentación
Formar un cuadrado con la tortilla según el tamaño que necesite. Disponerlo en un plato amplio poner en el centro el arroz y quínoa calientes, reunir los ángulos en el centro de manera que el arroz y quínoa queden envueltos. Poner encima unas habas confitadas. Disponer la ensalada en armonía de colores y rociar con el dressing Tahini. Se puede guarnecer el arroz y quínoa con champiñones cortados a dados y levemente salteados junto con las habas confitadas. Si ha sobrado caldo de la coción, reservarlo en una jarrita y verter sobre la tortilla en el momento de servir.
Este es un plato de mi paso por la cocina vegetariana en Suiza donde se hacia pero el arroz se cocía con agua o caldo de verduras. Es delicioso Los toques de las habas dulces le van muy bien y si nos gusta el picante un poco de wasabi puesto en la base de la tortilla disfrutaran.