Hay viajes que marcan un punto de inflexión porque te conectan con la historia. Es el ejemplo de La Setena de Culla, nacida en 1345 para defender los intereses y regular las actividades en los bosques de municipios como Culla, Benassal, Vistabella del Maestrat, Atzeneta del Maestrat, Benafigos, Vilar de Canes y La Torre d’En Besora. Antes, en 1319, tras la eliminación de la Orden del Temple, Culla pasó a manos de la Orden de Montesa, que se hizo cargo de todos los bienes templarios, y fue elegida como sede de la Tinença. Los municipios de La Setena de Culla compraron a la Orden de Montesa los derechos de explotación de los recursos pecuarios y forestales de este territorio, creando una eficaz organización que hoy en día aun puede verse.