El ‘gamba amb bleda’ tiene dos componentes únicos de esta tierra. Uno es la Gamba del Marjal, un crustáceo parecido al camarón que solo puede capturarse en el marjal Pego – Oliva, una extensión de humedales, situados en la periferia de la Albufera, con especies únicas vegetales y animales, que además tiene arrozales y cultivos de huerta.
El otro son las ‘bledas’, acelgas que crecen en este mismo terreno pantanoso. Los ingredientes que tienen cabida en este plato son el aceite de oliva, la sal, las 'bledas', que son las acelgas de la zona, la guindilla, el pimentón dulce y la susodicha gambita del marjal.
La preparación comienza con el sofrito de la gamba a fuego lento, en aceite y sal. Se le añade el pimentón y aparte los ajos, previamente fritos. Cuando las gambas adquieren un tono rojizo, se echa la guindilla, el agua y por último la acelga troceada. Debe dejarse reposar para que los jugos fluyan y cada ingrediente deje su seña de identidad.
La salsa definitiva que surge tras las operaciones indicadas puede echarse en ‘cocas’, es decir, masas redondas de harina, al estilo de las pizzas y en empanadillas o ‘pastissents’, las cuales pueden decorarse con tinta de calamar. Son algunas de las opciones que brindan los restaurantes, pero lo más común es ver el plato como entrante y en pequeñas raciones en muchas taperías.
Iván Dueñas