La elaboración comienza con la cocción a fuego lento del pimiento rojo, en un horno de leña, para conservar todo lo posible su humedad natural y no endurecerlo.
Una vez que adquiera un grado considerable de calor, se le retiran la piel, las semillas y el pedúnculo. Después se prepara el bacalao, de tipo preferiblemente inglés, por ser el menos salado que existe.
Se sumerge en agua, varias veces, renovando el propio agua, hasta reducir sus niveles de sal y dejarlo apto para el consumo.
Tanto el pimiento como el bacalao son raídos en finas tiras o ‘desgarrados’, de ahí el nombre de la receta, esgarraet.
Cuando los ajos se piquen en pequeños tacos, se deja todo el conjunto macerándose en aceite y reposando un mínimo de 3 horas para que rezumen los jugos y cada ingrediente aporte su sabor.
El entrante es la forma más común de servir este plato, aunque en algunos restaurantes lo incorporan en bocadillos.
Se recomienda acompañar la degustación con un vino blanco o un vermouth.