Olvídate del frío con este Plato de Cuchara Tradicional, te contamos todos los trucos para que te quede perfecta
Adentrarse en el mundo de la fabada asturiana es como hacer un viaje en el tiempo, a través de la historia y la cultura de una región. Aunque no existe una fecha exacta para su origen, algunos historiadores sitúan sus primeras apariciones en el siglo XVI. Imaginad las frías jornadas en las montañas asturianas, donde este guiso contundente y calórico se convertía en el mejor aliado para combatir las inclemencias del tiempo.
Curiosamente, a pesar de ser hoy un plato emblemático, parece que la fabada no gozó de gran popularidad fuera de Asturias hasta el siglo XIX. No aparecía en los recetarios de la época, lo que sugiere que era un plato humilde, de consumo familiar y rural. Fue con el auge de la industrialización y la migración cuando la fabada comenzó a extenderse por el resto de España, conquistando paladares con su sabor único y reconfortante.
Hoy en día, la fabada asturiana es mucho más que un plato: es un símbolo de la gastronomía española, un legado de tradición que se transmite de generación en generación. Cada familia tiene su propia receta, sus pequeños secretos para conseguir la fabada perfecta. Y es que este plato, con su sencillez aparente, esconde un universo de sabores y texturas que lo hacen único e irrepetible.
Ingredientes para una Fabada auténtica (para 4 personas):
400 g de fabes de la Granja (o fabes asturianas)
2 chorizos asturianos
2 morcillas asturianas
200 g de lacón
100 g de panceta curada
1 cebolla pequeña
2 dientes de ajo
1 hoja de laurel
Azafrán en hebras
Pimentón dulce
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Elaboración paso a paso:
1º Remojo: La noche anterior, pon las fabes a remojo en un recipiente amplio con abundante agua fría.
2º Preparación: Al día siguiente, escurre las fabes. En una olla grande, coloca las fabes, el lacón, el chorizo, la morcilla, la panceta, la cebolla entera pelada, los ajos, la hoja de laurel y una pizca de sal. Cubre con agua fría hasta que sobrepase unos 3 dedos por encima de las fabes.
3º Cocción: Lleva la olla a ebullición a fuego fuerte. Cuando empiece a hervir, retira la espuma que se forma en la superficie con una espumadera. Baja el fuego a medio-bajo y deja cocer durante 2 horas aproximadamente, removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera para que no se peguen las fabes. Si ves que se queda sin agua, añade un poco más caliente.
4º Azafrán y pimentón: A media cocción, añade unas hebras de azafrán. Al final de la cocción, puedes añadir una cucharadita de pimentón dulce para darle color y sabor (opcional).
5º Reposo: Una vez que las fabes estén tiernas, retira la olla del fuego y deja reposar la fabada durante al menos 30 minutos antes de servir. Este reposo es fundamental para que la fabada espese y los sabores se integren.
¡A disfrutar de la fabada!
Sirve la fabada bien caliente en platos hondos. Tradicionalmente, se suele servir el compango (lacón, chorizo y morcilla) aparte para que cada comensal se sirva a su gusto.
Y recuerda, la fabada asturiana es un plato para disfrutar con calma, saboreando cada cucharada y dejándose envolver por su aroma y su textura. Es un plato que invita a compartir, a reunirse alrededor de la mesa con amigos y familiares, creando momentos especiales.