Fontenille Menorca - Torre Vella y Santa Ponsa: Relais & Chateâux se enamora de la joya balear del Mediterráneo
Torre Vella y Santa Ponsa: Dos hoteles de lujo en una misma finca, para una experiencia a medida
Con una extensión de más de 300 hectáreas y ubicado en el municipio menorquín de Alaior, Fontenille Menorca, perteneciente a Relais & Chateâux desde 2019, es el resultado de la fusión de dos fincas históricas, Torre Vella y Santa Ponsa; los propietarios Frédéric Biousse y Guillaume Foucher recuperaron dos granjas típicas de la zona, que son un perfecto ejemplo del espíritu de la isla
Torre Vella, situado en una finca del siglo XIV catalogada como ‘bien cultural excepcional’, ofrece 17 habitaciones y suites decoradas con un estilo chic bohemio, algunas de ellas con piscina privada; el chef Didac Egea Flores es el encargado de la propuesta gastronómica del hotel con el restaurante Siempreviva, que brinda una cocina española fresca y de temporada
Santa Ponsa, un antiguo palacio del siglo XVII con exuberantes jardines en terrazas, cuenta con 22 estancias, además de un completo spa; liderado por el chef Oriol Sola Pagés, NURA es el restaurante principal de Fontenille Menorca, con una cocina española contemporánea centrada en el producto
Declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco en 1993, Menorca es un paraíso para los sentidos. La riqueza natural y paisajística es la mejor carta de presentación de la segunda isla más grande de Baleares. Ubicada en pleno corazón del Mediterráneo, es un lugar cargado de historia por el que han pasado las grandes civilizaciones de la historia de la humanidad. Pueblos que han dejado una impronta imborrable en el interior de la isla, pero también a lo largo de sus más de 200 kilómetros de costa, con aguas cristalinas y acantilados, que perfilan estampas de ensueño. El reloj en Menorca parece que avanza más lentamente, al crear una atmósfera perfecta para disfrutar de tiempo de desconexión de calidad; un ambiente único y mágico que la prestigiosa asociación internacional Relais & Chateâux ha sabido apreciar en Fontenille Menorca, y en sus espacios Torre Vela y Santa Ponsa, ya que es miembro de la organización desde 2019. La oportunidad perfecta para aquellos que buscan experiencias únicas en las que se conjugan a la perfección naturaleza, cultura, gastronomía y bienestar.
En el municipio de Alaior, los propietarios Frédéric Biousse y Guillaume Foucher recuperaron dos típicas granjas menorquinas, que estaban abocadas a la desaparición. Estas dan hoy forma al complejo Fontenille Menorca, que nació de la unión de las fincas históricas de Torre Vella y Santa Ponsa, dos propiedades de estilos diferentes y situadas a pocos kilómetros entre sí. Entre viñedos, plantas aromáticas, plantaciones de olivos y cítricos, y un huerto ecológico en permacultura —sistema basado en diseñar una explotación agrícola de forma que se respete el ecosistema natural—, los rincones de Torre Vella y Santa Ponsa acogen a visitantes en busca de la autenticidad balear, de una forma de vida donde el disfrute manda.
En una superficie de más de 300 hectáreas se concentran naturaleza, playa, dos hoteles boutique con historia, zonas de wellness, espacios de restauración y un sinfín de experiencias. El concepto de Fontenille Menorca es único en la isla; Santa Ponsa y Torre Vella tienen cada una su propia identidad gracias a la arquitectura, el estilo y el terreno en el que se ubican. Las habitaciones y suites de cada finca, decoradas con materiales naturales en tonos que evocan el lino, el gres y la pizarra, combinan la frescura y el sol pasional del Mediterráneo.
TORRE VELLA, UNA MIRADA A LA NATURALEZA
Situado en una finca del siglo XIV catalogada como ‘bien cultural excepcional’ —con una antigua torre de vigilancia en el centro de la casa de la que toma su nombre—, el hotel Torre Vella es un fiel reflejo de las culturas que han poblado este territorio. Los vestigios encontrados atestiguan que es un espacio que ha sido habitado durante más de 9.000 años. Además, es uno de los mejores ejemplos de finca menorquina clásica: el gran edificio de paredes blancas está construido alrededor de un patio central y extiende sus naves agrícolas sobre más de 200 hectáreas, que desembocan en la costa sur de la isla. El entorno juega un papel fundamental en esta granja; más allá de la naturaleza salvaje, que inunda todo lo que abarca la vista, cuenta con un viñedo de 20 hectáreas, otras cuatro hectáreas de plantas aromáticas —con romero y siempreviva— y nueve de olivos. Su posición privilegiada, lejos de la ciudad, lo convierte en un destino perfecto para la observación de estrellas, tal y como indica la Unesco. Además, los 1.700 metros de costa que bordean la propiedad, con los clásicos acantilados de esta zona del Mediterráneo, dan lugar a un escenario idílico.
Ubicada en el fondo de un valle, Torre Vella fue diseñada como un refugio sencillo y bohemio. Respecto al alojamiento, el hotel ofrece 17 alcobas para los huéspedes, la mayoría de ellas con amplias terrazas; son ocho habitaciones y nueve suites con piscina privada —también cuenta con una piscina exterior comunitaria— distribuidas por la finca, en los antiguos hórreos y en casas independientes de la propiedad. La decoración es sumamente delicada, con visillos blancos, madera flotante, piedra local y tejidos naturales que le dan un espíritu chic bohemio. Hormigón encerado, madera, paredes encaladas, naturaleza salvaje y animales: todo contribuye a una inmersión total en el espíritu de la isla.
La gastronomía es otro pilar importante para conocer los orígenes de Menorca. El chef Didac Egea Flores es el encargado de la propuesta gastronómica de Torre Vella, que lleva a cabo una cocina española fresca y de temporada en el restaurante Siempreviva —para 40 comensales—. En este establecimiento el lugar de honor lo ocupan las verduras, la plancha y, sobre todo, los platos para compartir reinterpretados, como la paella, los pescados al horno y las barbacoas. Los clientes pueden disfrutar de diferentes cartas para el almuerzo y la cena, además de una suculenta oferta de cócteles y de vinos. En torno a la cultura culinaria también se proponen otras experiencias inolvidables, como un pícnic a los pies de los acantilados que rodean a la propiedad —gracias a la propuesta del bar Nomad, que ofrece un aperitivo al atardecer con una panorámica excepcional— y una cena bajo las estrellas, con una barbacoa preparada por el chef.
El cuidado de la mente y el cuerpo también tienen un lugar destacado en Torre Vella. La finca cuenta con una plataforma de yoga con vistas al mar y otra a la sombra de los árboles. Su proximidad a Santa Ponsa brinda a los visitantes la oportunidad de utilizar su exclusivo spa Susanne Kaufmann, en cisternas catalogadas del siglo XVIII, con piscina cubierta, sauna, baño de vapor y gimnasio.
SANTA PONSA, LA MENORCA MÁS HISTÓRICA
Santa Ponsa, finca emblemática de 100 hectáreas, es un antiguo palacio del siglo XVII con exuberantes jardines en terrazas. Reconstruida a mediados del siglo XIX, la casa señorial domina ocho hectáreas de jardines escalonados —cercados por muros— al estilo morisco con una abundante vegetación: palmeras, higueras gigantes, flores exóticas, campos de naranjos, etc.; a ello se suma un huerto de una hectárea. Una estampa onírica donde la reconexión con la naturaleza es inmediata. Arquitectónicamente, aunque con un claro predominio de los elementos menorquines, en Santa Ponsa las influencias españolas y moriscas están por todas partes. Cúpulas, moucharabieh —tabique calado que permite la ventilación natural tradicional de los países árabes— y zigurats en miniatura —pirámide escalonada truncada— nos permiten vislumbrar cuál fue el esplendor de una casa principesca de siglos anteriores.
Santa Ponsa cuenta con 22 habitaciones y suites distribuidas entre la casa principal, los antiguos hórreos y los edificios autónomos en los jardines. La decoración refleja el pasado de la casa y el gusto viajero de la familia que la mandó construir. El verde es el color predominante en estas estancias, con elementos que recuerdan a las antiguas colonias, muebles de mimbre, plantas de interior, tejidos naturales y, en general, un estilo minimalista que da el protagonismo a la luz natural. Los huéspedes tienen a su disposición dos piscinas, una cubierta y otra al aire libre, además de una zona de wellness. En esta área los clientes podrán disfrutar del hammam, de la sauna, de las salas de masajes y, por supuesto, del spa, que cuenta con los protocolos de Susanne Kaufmann, que se centran en la regeneración energética. El balneario está instalado en unos antiguos aljibes del siglo XVII. En la terraza privada, ubicado en el tejado del spa, los clientes se pueden relajar al sol.
NURA es el restaurante principal de Fontenille Menorca, que tiene la oferta gastro más elevada de todo el complejo. Liderado por el chef Oriol Sola Pagés, ofrece una cocina española contemporánea, picante y viva, centrada en el producto. De hecho, parte de los productos empleados en sus platos procede del huerto de más de 5.000 m² ubicado en la parte sur de las terrazas de Santa Ponsa. El restaurante, con un aforo de 80 comensales, se rige por los principios de la agricultura ecológica y la permacultura, y ofrece productos saludables, de calidad y de temporada. Naturalidad, verticalidad, abastecimiento local y slow food son los términos clave que definen este restaurante, en línea con la filosofía de la asociación Relais & Chateâux. Cuando hace buen tiempo, la terraza brinda la posibilidad de disfrutar de las vistas de los jardines a la sombra de los verdes robles. Al igual que en el restaurante Siempreviva, en NURA los comensales disponen de diferentes cartas para almorzar y cenar, además de una oferta especial de vinos y de cócteles.
Los más hedonistas también podrán deleitarse con otras experiencias gourmet, como una parrillada en los sofisticados jardines, un pícnic en pleno campo o la posibilidad de degustar platos típicos de la zona como una caldereta de langosta.
Fundada en 1954, Relais & Châteaux es una asociación creadora de apasionantes experiencias que cuenta con 580 hoteles y restaurantes únicos en todo el mundo, dirigidos por emprendedores independientes, normalmente familias, que comparten la pasión por su profesión y están firmemente comprometidos con la autenticidad de las relaciones que establecen con sus clientes. Los miembros de Relais & Châteaux tienen el profundo deseo de proteger y promover la riqueza y la diversidad del mundo culinario, así como las tradiciones de la hospitalidad. Se han comprometido a preservar el patrimonio local y medioambiental, tal y como figura en un Manifiesto presentado en la UNESCO en noviembre del 2014.