Buñuelos de Calabaza, un Dulce Tradicional Valenciano para las Fallas
Los buñuelos de calabaza son un dulce típico de Valencia, ciudad conocida por sus Fallas, una fiesta declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su origen se remonta a la época romana, pero en Valencia han encontrado su hogar perfecto, formando parte indispensable de las celebraciones falleras.
Imagine el aroma a pólvora, la luz de las mascletàs, las monumentales figuras falleras... y ahora sume a esa escena el irresistible sabor de los buñuelos de calabaza. Su textura suave y esponjosa, combinada con el dulce de la calabaza y el toque especiado de la canela, se convierten en un bocado que evoca toda la esencia de las Fallas.
Durante las Fallas, Valencia se transforma. Calles llenas de color, música y alegría, donde los buñuelos de calabaza se convierten en protagonistas. Se venden recién hechos en puestecitos callejeros y en las verbenas, espolvoreados con azúcar y canela, listos para deleitar a valencianos y visitantes.
Preparar buñuelos de calabaza en casa es una forma de disfrutar de la tradición valenciana y del sabor auténtico de las Fallas. Con esta receta sencilla podrás recrear este clásico de la gastronomía valenciana en tu propia cocina.
INGREDIENTES:
· 250 gr de calabaza pelada
· 150 gr de harina de trigo
· 2 huevos M
· 10 gr de azúcar glas
· Ralladura de la piel de ½ naranja
· Ralladura de la piel de ½ limón
· ½ cucharadita de postre de canela en polvo
· Una pizca de sal (montar claras)
· 5 gr de levadura química
· Azúcar para decorar
· Abundante aceite (para freír)
ELABORACIÓN:
Empezaremos cociendo la calabaza cortada en trozos y limpia. En un cazo con agua hasta dejar cubiertos los trozos, la llevamos a ebullición y bajaremos el fuego. Dejaremos que se cueza durante 25 minutos o hasta que, al pincharla, la notes tierna.
Una vez cocida, escurriremos el agua y la trituraremos con una batidora de mano o vaso hasta convertirlo en un puré sin grumos. Reservamos.
Ahora, separaremos la yema de las claras y procederemos a montar las claras a mano con ayuda de una varilla o con la ayuda de un robot con el accesorio de varilla. Montaremos hasta obtener una masa consistente a punto de nieve.
Seguidamente, echaremos harina tamizándola con ayuda de un tamiz o colador y vamos incorporando la levadura química, el azúcar, la canela, las ralladuras de la naranja y el limón, las dos yemas reservadas y el puré de calabaza. Tendremos que remover de manera suave y con movimientos envolventes con ayuda de una espátula de silicona hasta conseguir unificar todos los ingredientes de manera homogénea. Esto lo hacemos porque queremos conservar la esponjosidad que hemos creado con las claras a punto de nieve.
Cuando tengamos una masa consistente y homogénea, es hora de freír. Con la ayuda de un porcionador de melón, una cuchara de helado o, simplemente, dos cucharillas de café, haremos la forma redondeada de los tradicionales buñuelos.
Por último, en una sartén honda o freidora, incorporaremos el aceite y esperaremos a que se caliente alcanzando una temperatura de unos 170ºC o hasta que, echando un poquito de masa, se haga a la perfección. Ahora, iremos echando poco a poco la masa redondeada. Recuerda que crece su tamaño, por lo tanto no eches mucha cantidad al aceite.
Conforme vayamos haciendo los buñuelos, los dejaremos en un plato con papel absorbente para quitar el exceso de aceite y, por último, decoraremos con un poco de azúcar glas.
¡Esperemos que este dulce se convierta en tu próximo favorito!